«La medicina familiar no es medicina interna, ni medicina general. Es la metamorfosis que ha experimentado la medicina de cabecera, centrando su foco de atención en el pilar de la sociedad actual, la familia».
Dr. Thomas Owens
Publicado originalmente en La Estrella de Panamá, en junio de 1979
Durante la conmemoración de la Semana de la Familia no puede soslayarse el aspecto médico, que es la parte vital de todo quehacer humano y toca no solamente a lo que no concierne la enfermedad, sino la salud, el bienestar, la conducta humana y la satisfacción social.
Y al tocar el aspecto médico en la Semana de la Familia sale a relucir de inmediato la especialidad médica que vela por el bienestar de toda la familia que no es más que la especialidad de la Medicina Familiar.
Durante los últimos lustros, la historia de la medicina ha dado un viraje internacional estupendo hacia la medicina general bien llevada, hacia la medicina de cabecera. La compartamentalización y súper especialización de las distintas disciplinas médicas llevó a una mayor despersonalización de la medicina y la forma más conveniente que se vislumbró para retornar a la medicina humana y humanista fue la de la antigua medicina de cabecera, hoy Medicina Familiar.
Ya en el año 1962, la Organización Mundial de la Salud presentó un informe en el cual sugería que la mejor forma de humanizar la medicina era el dar el mayor énfasis a la medicina general y familiar y se dieron varios pasos para formar a este médico familiar.
En 1971, la Academia de Médicos Generales de Estados Unidos cambió su nombre al de Médicos Familiares y no solamente fue esto un cambio de nombre, sino un cambio de filosofía y mística de lo que era le medicina, hacia una medicina más cónsona con el quehacer y las vicisitudes del hombre, hacia una medicina más abarcadora, de cuidado continuo y en la cual en nuevo médico se responsabilizaba por el cuidado integral de la persona y su familia.
La medicina familiar no es medicina interna, ni medicina general, ni una nueva especialidad. Es la metamorfosis que ha tenido que sufrir la medicina de cabecera para centrar su foco de atención en lo que se considera como la clave o pilar de la sociedad actual, la familia.
¿Qué entendemos por médico familiar?
El médico familiar provee cuidado en salud en la disciplina de Medicina Familiar. Su experiencia y adiestramiento le califica para practicar varios campos de la medicina y cirugía.
El médico familiar es educado y adiestrado para desarrollar y para practicar actitudes y habilidades únicas que le califican para proveer un mantenimiento de la salud y cuidados médicos continuos y abarcadores para toda la familia, no importa el sexo, la edad o el tipo de problemas, sea este biológico, de la conducta o social. Este médico familiar resulta ser un asesor y un intercesor de la familia en todo lo que se relaciona con la salud e incluye el uso apropiado de consultores y de recursos que brinda la comunidad.
Varios países del orbe se dieron cuenta que la medicina de cabecera debía encaminarse hacia la especialización de la Medicina Familiar y Panamá no se ha quedado atrás en este campo, es más, va a la vanguardia de la América Latina en este campo.
A solicitud de la Sociedad Panameña de Medicina General y del Servicio de Medicina General, la Caja de Seguro Social de Panamá, consciente de que debía velar por la salud de la familia panameña ha iniciado hace cuatro años una serie de programas hacia la formación de médicos familiares. La clave de datos programas es el Programa de Residencia de Medicina Familiar en el cual, por el término de tres años, se adiestra a médicos escogidos en la especialidad de la Medicina Familiar. Estos médicos, así formados, tendrán a su cargo llevar la mística de esta especi9alidad hasta lo más recóndito del país y llevar una mejor medicina a todas las familias panameñas.
¿Qué es una familia?
Hay distintos conceptos de lo que es una familia. Las definiciones tradicionales conceptúan como familia al conjunto de personas que viven bajo un mismo techo o al grupo de individuos relacionados por consanguinidad o matrimonio ó a la agrupación de madre, padre e hijos. Pero estas definiciones no son de orden genético, o de orden legal o de orden religioso y no son lo suficientemente abarcadoras para servir de base a nuestra especialidad de Medicina Familiar.
Por esta razón, Ransom y Massad nos dicen que familia es cualquier grupo de íntimos con una historia y con un futuro. En esta forma, amplia, tenemos un modelo ideal de estructura que no se invalida por el tamaño de la familia, ni por su domicilio, su consanguinidad o su subcultura y puede aplicarse de forma universal.
Todos pertenecemos en nuestra vida a dos familias: la familia de orientación, o sea, aquella donde nacemos y nos iniciamos y la familia de procreación que se origina cuando dos seres se unen para formar un grupo, un hogar o tener un hijo. La familia de procreación puede ser la familia típica, en el sentido tradicional que es la familia nuclear, o sea esa de marido, mujer e hijos; o puede ser la >b>familia extendida que puede incluir otros familiares como abuela, tíos, sobrinos y demás individuos.
El otro tipo tradicional de familia puede ser la familia alterna. Aquí podemos tener a la familia con padre e hijo o con madre e hijo de lo más frecuente en nuestro medio. O la familia constituida por adultos sin hijos. O la constituida por adultos unidos, sea en forma heterosexual o en forma homosexual. O las familias tipo comuna, o aquellas que se han llamado experimentales o las de tipos peculiares como los Ek del África.
Para el médico que se forma en la disciplina de la medicina familiar es importante no solamente tipificar la forma de familia que se presente al consultorio sino también los rasgos más típicos de una familia corriente de tipo nuclear o extendida. Debe reconocer cuáles son las funciones que cumple una familia nuclear y cuál es el significado de tales funciones. La función sexual, la función reproductora, la función educativa y la función económica son los factores que deben conocerse. Debe entonces comprenderse el papel que ejerce en la familia la pobreza, el divorcio, la separación conyugal, las enfermedades, los vicios, y los modelos que juegan los padres en relación con sus hijos.
Kantor y Lehr han descrito tres tipos de organización familiar según la estructura llevada por cada grupo familiar. Así, reconocen tres grupos distintos de familias. El primero es el de la familia cerrada, en el cual hay control estricto de todo el comportamiento familiar bien dominado por los padres; en el segundo grupo o familia abierta, hay gran flexibilidad y contacto con la comunidad y mayores libertades para todos mientras que en un tercer grupo de familias, las familias al azar, no hay ningún control familiar, no hay reglas, sino que cada uno vive su vida. Si un individuo se enmarca en un grupo de estas estructuras familiares se puede esperar cierto comportamiento y cierta reacción hacia la enfermedad o la incapacidad o la problemática sicosocial.
Al despegarnos del lecho paterno y casarnos o unirnos formamos nuestra familia de procreación y podemos estudiar un Ciclo de Vida Familiar. Inicialmente tenemos una primera fase de expansión, o sea la etapa puramente procreativa que alcanza hasta el momento que los hijos se hacen adultos o independientes. A esta etapa de expansión se sucede una de dispersión en la cual los hijos dejan a sus padres poco a poco a medida que buscan nuevos horizontes o forman su propia familia de procreación. Una tercera etapa es la etapa de independencia en la cual han partido los hijos pero los padres trabajan o cumplen funciones fuera del hogar. Finalmente, tenemos una etapa de reemplazo en la cual los padres están jubilados y espern la muerte.
Todas las etapas de este ciclo familiar bien estudiadas por Susser y Watson pueden subdividirse según los periodos más específicos de Duvall, donde tenemos etapas iniciales cuando nace el primer hijo, cuando tenemos a los niños antes de la escuela o en primaria y secundaria. Pero lo que deseamos enfatizar al dar estos datos s el hecho de que el médico familiar está expuesto a pacientes que viven todas estas etapas y debe estar preparado para aconsejar, para ayudar, para consolar, para comprender, para educar y para curar a todos estos niveles. Cada etapa de vida familiar posee sus propias modalidades y patrones de enfermedad lo mismo que sus propias peculiaridades de problemas sicosociales. Así tenemos que una primera etapa inicial es dominada por problemas de orden pediátrico y obstétrico pues hay partos, niños chicos y los trastornos inherentes a los mismos. Luego existen los años de la problemática de la adolescencia para los padres y los propios adolescentes. Aquí se inician los procesos crónicos que durarán toda la vida, las artritis, la arterioesclerosis y la incapacidad progresiva para llevarnos finamente a las etapas prolongadas de la geriatría. Por eso Kleiss en Venezuela nos dice que ya debemos ir pensando en formar más geriatras y gerontólogos que pediatras.
La familia no es un ente estático, sino dinámico. El médico familiar debe estar capacitado para tratar sujetos quienes viven juntos y por su intimidad poseen un significado emocional como grupo al compartir sentimientos y padecimientos. El individuo enfermo, la familia enferma y la comunidad enferma son entidades muy interrelacionadas y esto lo puede comprende mejor el médico de cabecera, quien vela por la mayor parte de los miembros de la comunidad. Cada miembro de la familia desea y clama por tener mi médico, como un ser propio, personal; un sujeto bien preparado en lo científico y lo humanista, de plena confianza, con quien cuenta en todo momento para consejo, sugerencias o ánimo.
Panamá, al celebrar la Semana de la Familia, puede decir al mundo, que en el aspecto médico se dan pasos de verdadera vanguardia, pasos zapadores, en la formación del médico familiar. La Caja de Seguro social forma residentes en Medicina Familiar y en forma paralela se habilita al médico generalista para que se reubique como verdadero médico de cabecera, médico de la familia, en este cao médico de la familia panameña.