Estudio Médico-Antropométrico en Escolares Panameños

Dr. Thomas P. Owens
Dra. Criseida de Owens

Este trabajo fue realizado con la activa colaboración y como parte del Programa de Investigaciones Antropológicas y Biotipológicas de la Universidad de Panamá. Tenemos que agradecer la participación de la Campaña de Vacunación BCG del Centro A. V. Mastellari, de los Dres. Víctor Him, R. Jay Lung, G. Aparicio y R. Sandoval, así como las facilidades ofrecidas por la Dirección del Colegio Javier y su Club de Padres de Familia.

Durante el año escolar de 1969, el Club de Padres de Familia del Colegio Javier y la Direción del mismo colegio nos revelaron su interés en desarrollar una revisión médica global del alumnado, con miras a evaluar la condición física y la salud orgánica general de sus estudiantes.

En virtud de que recientemente habíamos desarrollado algunas modestas experiencias en exámenes médicos y antropométricos de población indígena y universitaria, nos entusiasmó la idea de iniciar el estudio de una población en pleno desarrollo.

Material y métodos:

El Colegio Javier es un colegio católico privado, únicamente para varones, con un sólido prestigio en Panamá. Aunque posee algunos alumnos de los distintos estratos sociales, muchos de ellos becados, la mayor parte de los mismos pertenece a niveles sociooeconómicos más elevados de la ciudad de Panamá. El hecho de incluir los grupos desde el kindergarten (cinco años de edad) hasta el nivel secundario de quinto año (16 años de edad promedio) nos presentaba una excelente población escolar, con grupos relativamente homogéneos en nivel socio -económico y cronológico. El total de alumnos examinados resultó ser de 1260 de los cuales 751 fueron de primaria y 509 de secundaria.

La ficha médica confeccionada, después de revisar varias de éstas incluye los datos básicos.

Todos los exámenes antropométricos fueron tomados por el mismo médico examinador para dar más validez estadística a los datos. Se hizo uso del sobre de Martin, de un banquillo de 50 centímetros para medidas sentado mientras que las mediciones de talla total se tomaron sobre la pared, por medio de un nivel para hacerla más expedita y exacta. La tensión arterial fue tomada con el niño sentado, sobre el brazo izquierdo aproximadamente a nivel del atrio, cuando el sujeto no se encontraba muy taquicárdico o aprensivo.

La medición del perímetro del tórax se hizo bajo las tetillas, a nivel que corresponde con la unión del cuerpo esternal y apéndice xifoides, según la orientación francesa. Los datos que se tomaron solamente en forma muy aproximada fueron los de visión, audición, biotipo y porcentaje de hemoglobina.

Para la visión se sentó al alumno a la distancia deseada, se tapó un ojo y se le hacía leer las letras de la gráfica de rutina para advertir si estaba dentro de los límites de la normalidad o existía una ametropía notable. La audición se tomó por medio del uso de un diapasón de 256 vibraciones; si había audición similar a la del examinador se consideraba normal. El biotipo, totalmente arbitrario, se anotó después de observar y medir al alumno; es pues un dato subjetivo del examinador, pero equivaldría a la anotación que hace con frecuencia el médico para encabezar un examen físico.

Finalmente, el porcentaje aproximado de hemoglobina fue obtenido por el método grosero de colocar una gota de sangre sobre papel indicador para compararlo con una escala determinada; esto no lo aceptamos como dato de significado estadístico, pero al combinarlo con el examen de las mucosas consideramos que nos ayudaría en la pesquiza de una anemia importante.

A los alumnos a los cuales se les observó alguna anomalía se les envió con una nota del médico para sus padres o acudientes.

Tales hallazgos generalmente fueron de poco significado clínico; los ejemplos más frecuentes fueron de obstrucción de conductos auditivos por cerumen, Tinea pedis y Tinea versicolor, hipertrofias amigdalinas, eccemas leves, hipertrofias de cometes nasales, rinitis atópicas, soplos sistólicos aparentemente fisiológicos y miopías aparentes.

Estos hallazgos rutinarios, aunque solamente de interés médico individual, podrían servir para un futuro estudio más detallado.

Resultados:
Hallazgos clínicos y de laboratorio.
Estudio de la Tensión Arterial.

Nos interesó sobremanera el estudio de este parámetro por ser un dato clínico tan usado en adultos, pero del cual tenemos tan pocos informes estadísticos en nuestros medios, particularmente en la niñez y la juventud. Nos pareció que la población del Colegio Javier sería óptima para delinear una curva de tensiones normales aplicable al niño panameño de este nivel.

La tensión se tomó con un manómetro de aire previamente calibrado; siempre se tomó en reposo y con el niño examinado individualmente, sin la algarabía y bullicio de compañeros. Si se encontraba algún hallazgo peculiar, se tomaba la tensión nuevamente y además en el otro miembro.

Es importante anotar que no hubo ningún hallazgo de hipertensión arterial, que consideráramos como cifras mayores de 150/90. Tampoco hubo casos de ausencia de presión aunque sí varios casos de tensiones diastólicas que descendían a niveles menores de 40 y más de uno 40-0, fenómeno ya descrito con frecuencia, particularmente en jóvenes.

En estos casos tomamos el nivel diastótico como el punto donde hubo cambio en la tonalidad de los ruidos; en todos los otros casos se consideró la diastólica como el punto de desaparición de los ruidos. Las mediciones que tomamos serían entonces lo que Houssay llamó convencionalmente normales y no basales.

Advertimos, que a diferencia de algunos autores, no encontramos cambios repentinos de tensión arterial a ninguna edad; los cambios drásticos a la edad de 6 años o a los 10 a 12 años no se observaron. Algunas de nuestras cifras parecen ser escasamente más bajas que lo supuesto en el renglón de tensión diastólica, cosa que atribuímos al hecho de que algunos autores toman la tensión diastólica como el punto donde se modifica el ruido mientras otros el punto donde desaparece.

Notamos cómo el ascenso en la tensión es ligero pero uniforme, con un ligerísimo mayor grado de ascenso en la sistólica, más homogénea, aunque sin duda ambas curvas son unimodales y comparables a los trabajos similares en adultos como los de Lellouch. Los rangos, bastante amplios en algunos casos, resultaron del orden de entre 80/50 y 150/90 pero la mayor parte de los datos se congregaron cerca a las medias.

Los pocos casos de la ya citada «hipotensión de la juventud» no modificarían el cuadro estadístico, pues no más del 0.5% presentó bajonazos en la diastólica.

Coproparasitoscopía

Los exámenes de heces se hicieron en forma cotidiana mientras duró la investigación. El alumno traía la muestra de heces al colegio por la mañana y esta se examinaba la misma mañana bajo el microscopio. Se hicieron dos emulsiones con agua y se procedió a teñirlas para estudiar con bajo y alto poder bajo el microscopio con miras a la detección exclusiva de parásitos intestinales. Las muestras fueron examinadas cuidadosamente por dos estudiantes de medicina recientemente adiestrados en estos menesteres.

El gran total de exámenes de heces fue de 950 muestras. El 96% del alumnado de la secundaria cumplió con este requisito, pero en los años inferiores de la primaria el déficit fue mucho mayor. El total de muestras positivas por parásitos fue de .34, lo que equivale a un 3.6% del gran total. El desgloce indica que hubo 19 muestras positivas en la primaria y 15 en la secundaria lo que nos indica de inmediato que la incidencia de parásitos no fue muy distinta en los diferentes grupos de edad.

Dichas determinaciones con el método de encuesta nos han dado, muy probablemente, resultados inferiores a lo que se hallaría con el método de concentración, más preciso, pero más delicado y costoso; es probable que no menos del 10 al 15% resultaría positivo en este método. Comunicaciones verbales nos revelan que en las escuelas públicas de Panamá un 40% del alumnado presenta parasitosis. Nuestra propia experiencia de campo, con el mismo método de la encuesta, siempre nos ha revelado 100% de positividad al examinar campesinos e indígenas.

Los parásitos encontrados en nuestra encuesta fueron los siguientes:

Trichuris trichiura: 16
Ascaris lumbricoides: 13
Necator americanus: 2
Giardia lamblia: 2
Enterobius vermicularis: 1
Strongyloides stercoralis: 1

No se tomó en consideración el hallazgo de parásitos considerados como no patógenos.

Prueba de tuberculina:

Otro parámetro que consideramos de importancia fue la Prueba de Tuberculina. El procedimiento rutinario consistió en la administración subcutánea de 0.1 rol de tuberculina inyectada en el tercio superior del antebrazo izquierdo, en la zona del supinador largo (el tipo de tuberculina fue PPD de concentración 2 U por 0.1 mI, del Laboratorio del BCG, Secretaría de Salubridad y Asistencia de México, donada por el Director del Servicio Nacional de Vacunación BCG de Panamá).

Según los convenios generales, la lectura a las 72 horas fue considerada como negativa si la zona de induración o eritema era de diámetro menor a los 9 mm. Los casos solamente revelarían contacto probable con tuberculosis si resultaban positivos y a los mismos se les recomendaría la toma de una radiografía pulmonar.

Resultaron con pruebas positivas un total de 42 alumnos solamente; 23 de la primaria y 19 de la secundaria. Estos hallazgos se encontraron dispersos en todos los grupos.

Advertimos, así, una distribución totalmente errática, con grupos de cero % de positividad como los de edades de 9 años y de 15 años y grupos de 10% como el de sexto grado (once años). No parece haber una curva ascendente como es lo esperado, y todos los niveles son bastante bajos, solamente comparables con niveles como los estadounidenses citados por autores como Lincoln y Sewell.

Crecimiento en peso y estatura:

Todos los alumnos se pesaron en ropa interior y se computaron los datos al medio kilo más cercano y a la libra más cercana.
La medida de talla total se tomó con el niño erguido y apoyado a una pared calibrada al centímetro más cercano.

Los resultados de las gráficas revelaron el crecimiento en talla y peso con las curvas consideradas como normales; se nota aquí de inmediato un notorio predominio de los alumnos de este nivel socio-económico seleccionado, particularmente en la edad de la pubertad y hacia la adolescencia. Las diferencias a las edades de 5 y 6 años parecen exiguas o no significativas.

No veríamos así la homeorrexis descrita por Ramos Galván en estos niños los cuales están relativamente normonutridos. Las curvas de resultados de los estudiantes del Colegio Javier, comparadas con otros grupos vislumbran un predominio en peso y talla en todas las edades. Los datos franceses, de Oliver y los mexicanos, de Ramos Galván, tienen el mismo tiempo de tomados que lo datos de escuelas públicas panameñas, algo más de 10 años. En los datos panameños encontramos algunas disparidades y optamos por escoger los que consideramos, muy subjetivamente, más apropiados. Dichas gráficas también indican de manera elocuente la similitud de patrones de crecimiento de México, Francia y las escuelas públicas panameñas, en contraposición con nuestras curvas de la escuela privada. La curva de México es semejante en parte a la del Colegio Javier, pero la última es siempre mayor y se comprueba así parcialmente la homeorrexis.

En casi todos los grupos de edad, la estatura del Colegio Javier resulta ser de 5 o más centímetros mayor que en los otros grupos y el peso resulta ser de cuatro o más kilos superiores.

Muchas otras conclusiones pueden obtenerse con estos datos y esto no es más que un primer jalón en este campo para nosotros. Creemos que nuestros datos son fidedignos; en el pesaje usamos dos balanzas, una en kilos y otra en libras y cada día se calibraban, de tal forma que si un peso parecía errado se comprobaba de inmediato por medio de la otra balanza.

Otros datos antropométricos:

Los otros datos tomados fueron los de perímetro toráxico, diámetros biacromiales y bicrestales y estatura sentado.

El perímetro toráxico:

Se tomó esta medida con una cinta métrica a nivel de la unión entre cuerpo esternal y apéndice xifoides, con la misma bajo el ángulo caudal de la escápula. Esto se decidió así con miras a comparar los datos con los de los antropometristas franceses y a fin de eliminar las notorias diferencias entre varones y niñas por razón del busto. La medida se tomó a media inspiración.

Encontramos en este aspecto similitud entre las medidas de Vandervael y las del Colegio Javier.

Diámetros biacriminal y bicrestal:

Se tomaron tales mediciones, con el compás correspondiente, más que todo con miras a futuras determinaciones de índices esquélicos y delineación de parámetros de crecimiento del niño panameño en sus distintas facetas.

La curva de crecimiento de estos diámetros resalta la divergencia que se percibe a medida que crece el niño varón, quien desarrolla cada vez más un índice Androgénico más elevado (relación biacromial-bicrestal de Tanner). Nótese una diferencia de tan solo 7 cms. entre estas mediciones a la edad de 5 años y de 12 cms., desde la edad de 14 años.

Determinación del Índice esquélico de Manovrier:

Una de las razones por las cuales se tomó la talla sentado (sobre banquillo de 50 cms.) fue la de determinar un índice Esquélico. Esto comprobaría si los sujetos tienen miembros largos, cortos o medios. Este parámetro es para uso en el adulto; lo tomamos en los alumnos de la secundaria para observar si había cambios a medida que maduraba el niño y considerar a los jóvenes de 16 años casi en su desarrollo completo.

La fórmula para la determinación es la siguiente:

INDICE ESQUELICO:
TALLA DE PIE
TALLA SENTADO / TALLA SENTADO XI00

Los macrosquélicos (miembros largos) tendrían un índice de 96.2 o más. Los mesatisquélicos (medios) un Índice de 87.9 a 92.1. Los braquisquélicos (miembros cortos), menores a 83.8.

Los resultados nuestros revelan las siguientes cifras:
1 año – 98.6
II año – 97.5
III año – 94.4
IV año – 95.4
V año – 94.4

Se notó enseguida que los jóvenes nunca alcanzan el nivel de medios sino que en la pubertad son verdaderos macrosquélicos y solamente se acercan al nivel medio (realmente submacrosquélicos) a los 16 años.

Se torna así el joven de miembros más cortos a medida que se desarrolla, pero todavía en plena adolescencia no sale del nivel de miembros largos. Estos datos resultarían de interés si se compararan con grupos de pubertad y adolescencia en indígenas y campesinos, particularmente en indígenas como los Cunas donde se considera que existe el prototipo de braquisquélico.

Comprobación de los datos estadísticos

En todos los casos verificamos los hallazgos estadísticos para comprobar la ausencia de error importante. Para todas las mediciones determinamos la variancia, el desvío tipo, el rango, las medias y las medianas y el «error standard» de la media.

Todos los resultados, demasiado extensos para enumerar, coinciden con los hallazgos estadísticos aceptables.

Como ejemplo de la rutina seguida indicamos los hallazgos de un grupo, el segundo grado:

Variancia de la estatura: 31 cms.
Desvío tipo de la estatura cms. 5.55
Error estandar de la media: 2 + 0.56
Variancia del peso: 18.9
Desvío tipo del peso en kilos: 4.3

Las medidas fueron todas tomadas en la misma forma y por el mismo examinador y los datos revisados por dos personas distintas como comprobación.

Conclusiones
Consideramos que este es un primer intento en nuestro medio de realizar una encuesta y un estudio clínico de la condición médica de un grupo humano a nivel socio-económico relativamente elevado.

Muchos de los datos fueron comparables con los de otras latitudes y nos han servido como paso inicial para profundizar en otros estudios similares en el futuro. Creo que comprobamos el hecho de que el alumnado en el sentido antropométrico y médico se encuentra en nivel superior al medio en nuestro medio y también en otros lugares. No podemos decir lo mismo del nivel fisiométrico ni atlético, cosa que requeriría otros estudios comparativos para determinar condición física.

Sería de mucho interés hacer estudios similares en colegios privados de niñas y luego completar estudios análogos en escuelas públicas para así tener toda la gama de posibilidades y poder iniciar la confección de parámetros autóctonos. Ya con nuestras mediciones de Tensión Arterial y nuestros datos antropométricos tenemos, para empezar, las normas antropométricos para el varón panameño de este nivel socio-económico.

Falta por escudriñar el aspecto social, psicológico y económico y cómo estos inciden en producir las diferencias nítidas observadas en grupos del mismo ambiente ecológico. Resta la revisión de la patología agregada para determinar los campos que requieren más estudio y quizá darnos nuevas luces sobre la morbilidad en nuestro medio.

Resumen:
Se realizó una revisión médico-antropométrica general de 1260 alumnos del Colegio Javier de la ciudad de Panamá, una escuela católica privada que incluye kindergarten, primaria y secundaria, con estudiantado primordialmente de los estratos socio-económicos más elevados del medio. Los datos incluyeron un examen médico general, mediciones antropométricas, examen de muestra de heces, prueba de tuberculina y determinación aproximada de hemoglobina.

El examen estadístico pormenorizado revela que en todos los parámetros el alumnado de dicho plantel muestra ventajas sobre los datos comparables de alumnos de escuelas públicas de Panamá y de México y Francia. Los hallazgos de positividad en el examen de heces y la prueba de tuberculina resultaron muy bajos y los datos de estatura y peso sobrepasan claramente los de otros estudios.

Se determinaron las normas para la Tensión Arterial del niño de este plantel y se determinó el índice Esquélico para la secundaria.

Consideramos este es sólo un primer paso en el sendero hacia la confección de normas autóctonas del orden del crecimiento y desarrollo, antropometría y fisiometría. Esperamos continuar elaborando los datos para llenar estos vacíos en el conocimiento de la condición médica, fisiológica y antropométrica del joven panameño.

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